lunes, 30 de mayo de 2011

Sucedió en una gasolinera


Foto sacada de http://www.elqudsi.com/wp-content/uploads/200...




















El joven le preguntó al más viejo
- "¿Me puede decir la calle por favor?
- ... - no contestó.
...  y pasaron 7 segundos ...

Para mi, incómodos. Inexplicables para las cajeras de la gasolinera. E indiferentes para el tipo al que iba dirigida la cuestión...
- ... -  volvió a no contestar.
- "La calle por favor..." - inquirió el joven de nuevo con amabilidad. 
Y mirándo fijamente a su cara le ordené:
- ¡Qué le digas la calle! ¡La calle!
- Ahhh...ahhh...sí...sí...es... es.. bla, bla, bla, bla...

Al menos, bajó la mirada e intentó un atisbo de vergüenza. Yo me quedé más pancha que ancha, esperando mi turno para pagar la gasolina. Y el individuo del otro lado, agachó la cabeza y sonrió estúpidamente. Todavía esperé un rato a que el tipo diese todos sus datos, de los que, de repente, parecía no acordarse. Esperé con paciencia mi ticket. Di las gracias a las ahora cómplices cajeras, ya percatadas de todo. Y me largué tranquilamente. Sin prisa ninguna. El tio, no era sordo. El tio, no estaba despistado. Al tio en cuestión, no lo había visto en mi vida. Pero me estaba mirando fijamente. Y no era a la cara, ni a los pies. Su estúpidez fue mi reafirmación de no dejar pasar ni 10 céntimos de euro.

Y así fue... sucedió en una gasolinera. Pero sucede en todas partes y a todas horas, y me gustaría pensar que a todOs y todAs.
¿Te ha pasado a ti?

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