miércoles, 22 de mayo de 2013

A Fermín, de "La Rubia"



















Tenía la piel oscura y “unos ojos color verde marihuana”. Pero no fue el Rey "del Instituto el curso que repetí". Era callado, tímido y más bien desgarbado. Nadie daba un duro porque "La Rubia" saliese contigo y yo, moría por ti.

A los pocos meses callaron aquellos que te criticaban: “mira que bicho tan raro; siempre marcando y marcando con post it”. Me recitaste poemas urbanos entre clase y clase de Cherín. Yo escuchaba boca abierta, mente despierta, mojadito candil.

Y me grabaste casetes, me enseñaste a Sorolla y Dalí. Y susurraste bajito: “Anda rubia. Admite que este rollo de dura, no es para ti”. Y en vez de admitir nada, en aquella absurda batalla inventada, te bajé la bragueta y esta vez, te enseñé yo a ti.

En una comedia de dos sin dramas ni pasajeros, ajena a seres cobardes. Pasamos meses enteros de reflexiones, polvos y frenesí. 
Nadie daba un duro porque saliese contigo y yo, enloquecida por ti. Y te quise a morir. Y aún extraño el olor de añil. Tu sonrisa de Abril. Tu ternura sin fin. Y una noche en el ambiente, te planté por Beatriz. Me besaste y susurraste: "Rubia, ella sí es para ti".

La locura sin amor, es mi amistad con Fermín; una visita a Dublín; un vendaval en Pekín; un chotis en Chamberí; un croissant en París; una postal de Madrid: “A mí querido Fermín”.
Nadie daba un duro porque saliese contigo y eres querido amigo, el mejor para mí.

3 comentarios: