Este país, como todos ustedes saben sin duda, tuvo una vez una oportunidad; así comenzó la primera clase que José Ignacio Carmona me dio en mi vida- la tuvo y se la robaron. Entonces no se exiliaron sólo los poetas, no crearon, se exiliaron los científicos, los físicos, los químicos, los biólogos, los médicos, los matemáticos… ¿Y qué?, ha pasado mucho tiempo, me dirán, y tendrán razón, pero todos llevamos aún el polvo de la dictadura en los zapatos, ustedes también, aunque no lo sepan.
Página 298 – El corazón helado. Almudena Grandes
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